NOTA SOBRE PLAZOS
Se deben evitar los Aplazos
Quienes asesoramos sobre precios y pliegos, en general a estudios profesionales,
debemos acompañarlos para cumplir con los compromisos de tiempo a los que los
intiman sus clientes.
Estos plazos son de dos características diferentes: por un lado las presentaciones de la
documentación del proyecto en sus distintas fases: croquis preliminares, anteproyecto,
proyecto básico, proyecto ejecutivo, etc. y por otro lado el tiempo que dura la
construcción de la obra cometida.
La duración de las obras, tema sobre el que somos consultados en repetidas
oportunidades, plantea una gran cantidad de incertidumbres. Por supuesto que hay
una línea lógica, sostenida por la tipología, el procedimiento constructivo, las
experiencias comprobadas, etc. pero los imponderables son enormes: modificaciones
de proyecto sobre la marcha, ampliaciones, reducciones, etc. y además muchos ajenos
al proceso constructivo y pero atinentes a cuestiones económicas y financieras,
disponibilidad y entrega de insumos, por ejemplo, que además se agrava cuando son
importados y están sujetos al cumplimiento de normativas arancelarias, aduaneras,
etc.
Pero sin duda el plazo que nos produce mayores desvelos es el que se fija para la
presentación de la documentación de proyecto. Es habitual que coincida para planos,
planillas, cálculos estructurales y también – aquí la paradoja- para precios y pliegos.
Si a uno le preguntaran cuánto cuesta un automóvil sin saber cómo son las piezas que
lo componen nos provocaría un una sonrisa de incredulidad, sin embargo, no es
infrecuente que se considere normal finalizar en el mismo instante la definición del
proyecto y el listado ordenado, cuantificado y valorizado de todo.
Insistimos mucho en la necesidad de considerar un tiempo razonable para estudiar,
computar, definir precios de referencia, etc. después de completar el proceso de
proyecto, y la verdad es que no siempre somos escuchados.
Esto no impide que podamos acompañar el proceso con avances: listados de ítems,
precios de referencia, ordenamiento de información de asesores en especialidades,
etc., pero los cierres finales deben hacerse indefectiblemente a posteriori.
Como ya hemos comentado en notas anteriores, las estimaciones que surgen de estos
cálculos y ordenamientos serán la guía y parámetro de control de los procesos que se
disparan a partir de la finalización del proyecto: llamado a concurso de precios,
evaluación de ofertas, selección de la más adecuada, contratación, seguimiento de
obra, etc. Minimizar su importancia y pretender plazos ilusorios pone en riesgo una
herramienta útil para los que tienen la responsabilidad técnica y económica del buen
resultado de las obras.
Esta nota, cortita, se complementa con una prevista para una próxima ocasión donde
nos abocaremos a otro tema muy controvertido, sobre todo en nuestro país y en estas
épocas: los mayores costos.
José Víctor D’Angelo
dangelochapi@gmail.com
Hugo Bersanker
hbersanker@gmail.com
Arquitectos