Pavimentos de hormigón y el uso de acero en los mismos – Artículo: 026 Dr. Ing. Julián Rivera
Acercando la Vialidad a los Arquitectos
Artículo: 026 Pavimentos de hormigón y el uso de acero en los mismos
Como ya comentáramos en pasados artículos, los pavimentos en vías de bajo volumen de tránsito suelen ser de manera mayoritaria del tipo asfáltico y, más específicamente, flexibles (Rivera, 2023).
No obstante, es habitual que, como especialista en pavimentos, se reciban consultas de profesionales que no cuentan con una formación acabada en la temática, en cuanto a los pavimentos de hormigón para este tipo de vías. Es común que previo a dichas consultas estos profesionales asuman, posiblemente por una analogía directa con lo que sucede en el resto de las obras civiles, que esos pavimentos son en su totalidad de hormigón armado. Como esto no es así de modo directo, se decide abordar la temática en el presente artículo, particularizando lo que sucede en las juntas de dichos pavimentos, como un tema asociado que seguramente también aporta a la confusión.
Para comenzar, digamos que no es que no existan pavimentos de hormigón armado, sino que son minoritarios entre los pavimentos de hormigón. Posiblemente quien se haya cruzado con uno de ellos en una vía secundaria, sobre todo en Argentina, pueda percibir que se trata de pavimentos que cuentan con una edad muy avanzada (que puede superar los 50 años). En nuestra región central, estos pueden reconocerse por ofrecer una fuerte resistencia a su trituración, el empleo de agregados que distan notoriamente de los graníticos de trituración de tamaño máximo de 20 a 30 mm usados desde hace ya varias décadas de manera generalizada y con armaduras lisas de bajo diámetro. Se trata, como se deduce, de técnicas que pertenecen a otra época, al menos con las características que se describen.
En cambio, la mayoría de los pavimentos rígidos que pueden observarse en vías secundarias presentan juntas longitudinales separadas en aproximadamente el ancho de carril (en el entorno de los 3 a 4 m) y juntas longitudinales separadas entre 12 y 15 pies (aproximadamente de 3,6 a 4,6 metros) y no son armados en sus losas.
Esta versión de los pavimentos rígidos se reconoce en los países angloparlantes como del tipo JPCP por la sigla de Jointed Plain Concreto Pavement; es decir, pavimentos de hormigón de junta plana. Los pavimentos JPCP contienen suficientes juntas como para controlar la ubicación de todas las fisuras naturalmente esperadas, haciendo que se produzcan en las juntas sin la necesidad de armadura y no en las losas, al menos durante la vida útil de diseño.
Así vistos, los JPCP no contienen refuerzos con barras de acero. Sin embargo, en su inmensa mayoría en el medio local poseen dispositivos de transferencia de cargas en las juntas transversales, que son de acero normal liso de diámetro cercano a los 32 mm, con una de sus 2 mitades engrasada durante la construcción para permitir los posteriores movimientos de contracción y dilatación, y que llevan el nombre de pasadores. Estos pasadores se colocan en el eje medio de la masa del hormigón montados en caballetes (Figura 1) y acompañados por un elemento de debilitamiento superior, cuando se ubican en aquellas juntas transversales de contracción que se generan por aserrado con sierra diamantada durante la ventana de aserrado del elemento de debilitamiento mencionado (Figura 2); hasta una profundidad que ronda el tercio superior. A su vez, también son colocados con su mitad adherente en la losa que se materializa en las juntas de dilataciones que se dejan exprofeso (muchas veces cada aproximadamente 100 metros), en espera de la construcción de la próxima losa a partir de su mitad engrasada (Figura 3).
Figura 1. Pasadores con caballete de ubicación
Figura 2. Aserrado de juntas de contracción
Figura 3. Pasadores en una junta de dilatación
En las juntas longitudinales, en cambio, también a la profundidad del eje medio se colocan barras de unión conformadas (Figura 4). Estas adhieren hacia ambos lados, presentando un diámetro habitual de 12 mm.
Figura 4. Barras de unión en una junta longitudinal
En la Figura 5 se observan esquemas de lo mencionado.
Figura 5. Esquemas de DNV de juntas (DNV, 2017)
Mediante esta tecnología se asegura un adecuado comportamiento del pavimento rígido ante los niveles de carga habituales. Solo en casos por fuera de estos, cuando probablemente ya no se trate de vías secundarias (salvo en tramos muy específicos), es cuando se piensa en losas de hormigón armado (Figura 6) o que pueden incluso a ser del tipo pretensadas (Figura 7).
Figura 6. Pavimento de hormigón armado (Municipalidad de Olavarría, 2018)
Figura 7. Pavimento de losas pretensadas (Snyder, 2021)
Como siempre, un especialista en la temática debe establecer las conveniencias en tal sentido en cada caso, en busca de la siempre deseada optimización en el empleo de los recursos.
Nos seguimos leyendo.
Referencias
DNV (2017). Pliego de Especificaciones Técnicas Generales para Pavimentos de Hormigón. Dirección Nacional de Vialidad.
Municipalidad de Olavarría (2018). Pavimento de hormigón armado en calle Centenario Sierra Bayas.
Rivera, J. (2023). Apuntes sobre pavimentos en vías de bajo volumen de tránsito: Tomo I. Editorial edUTecNe, Universidad Tecnológica Nacional.
Snyder, M.B. (2021). Precast Concrete Pavements. Pavement Engineering and Research Consultants.
AUTOR: Dr. Ing. Julián Rivera
CURRÍCULUM SINTÉTICO: Doctor en Ingeniería de Materiales UTN
Magister en Transporte y Logística UTN
Ingeniero Civil UTN
Director LEMaC
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