Acercando la Vialidad a los Arquitectos – ARTÍCULO: 035 – Desbastado superficial como intervención en el mantenimiento vial – Dr. Ing. Julián Rivera
Acercando la Vialidad a los Arquitectos
ARTÍCULO: 035 – Desbastado superficial como intervención en el mantenimiento vial
Contenido:
En relación con el Artículo 034 de esta sección se puede mencionar que una de las intervenciones viales de mantenimiento superficial más sencillas, es la que se compone de aquellas tareas que se encargan, mediante algún sistema de desbaste, de devolverle al pavimento condiciones similares a las iniciales. Esto se puede dar ya sea que directamente luego de la intervención se deje la superficie definitiva para el paso del tránsito o que materializada la misma se proceda a su cobertura mediante otra intervención adicional. Se trataría por lo tanto de tareas que se consideran dentro del Grupo B mencionado en el citado artículo.
Así, con una superficie de rodamiento de hormigón, si lo que se registra es la necesidad de remoción de la demarcación horizontal envejecida, se tiene una textura pulimentada (baja fricción) por tratarse de un pavimento antiguo, se observa escalonamiento leve en fisuras y juntas (posiblemente por falencia de las barras de vinculación) o existen otros defectos superficiales leves, una tarea de probable potencial aplicación es la de Diamond Grinding. La técnica consiste en un eje rotatorio transversal en el cual se disponen hojas circulares de corte diamantadas (Figura 1a), montado en un equipo autopropulsado (Figura 1b), que permiten el desbaste en un espesor generalmente menor a 1 cm, generando un acanalado superficial (Figura 1c).
Figura 1. Aplicación de Diamond Grinding
Si, en cambio, los deterioros o inconvenientes leves a solucionar se dan en una superficie asfáltica, lo que puede instrumentarse es la aplicación de la técnica de Microfresado, aunque también puede emplearse sobre una superficie de hormigón. Esta técnica consiste en un tambor rotatorio (Figura 2a), con puntas de desgaste menores a las utilizadas en el fresado Estándar (Figura 2b), montado en un equipo autopropulsado denominado fresadora (Figura 2c) y que permite obtener una textura más suave con menor espesor de desbaste (Figura 2d y 2e, respectivamente); por debajo de 1 cm (Rivera, 2019).
Figura 2. Empleo de Microfresado
El fresado Estándar, por su parte, suele aplicarse en ambas superficies de rodamiento cuando el espesor a ser desbastado es mayor (a partir de 2 cm generalmente). Se remueven así superficies con desprendimientos, ahuellamiento, fisuras de arriba hacia abajo, capas asfálticas envejecidas, etc.
Dentro de esta categoría de fresado también existe un amplio rango de equipos; los cuales en función del tamaño y disposición de sus puntas puede dar lugar a diferentes texturas, según puede observarse en la Figura 3 (Rivera, 2019). Dependiendo de si la superficie resultante será librada al tránsito o si está prevista su cobertura con capas ultradelgadas o un sistema SAMI, o lo que fuera, será la necesidad de lograr una textura óptima determinada.
Figura 3. Fresado Estándar y las diferentes texturas obtenibles
Adicionalmente, puede mencionarse que este fresado es necesario para evitar el fenómeno de recrecido, que se presenta tanto en vías urbanas como rurales (Figura 4 y Figura 5, respectivamente) cuando se registra el aporte sucesivo de capas sin eliminación de espesores previos. Este recrecido afecta los sistemas de escurrimiento laterales, el paso vehicular por debajo de puentes y pasarelas (afectación del gálibo) y la seguridad por descalce de banquinas; entre otros fenómenos adversos mencionables.
Figura 4. Recrecido de un pavimento asfáltico urbano
Figura 5. Recrecido de un pavimento asfáltico rural
Más allá de lo expresado, el espesor de fresado no solo debe establecerse en función de la solución al recrecido necesaria, sino también limitado para evitar otro fenómeno asociado, reconocido como descascaramiento. El descascaramiento se da cuando el espesor remanente de una capa al fresar (sobre todo asfáltica) resulta exiguo a los efectos de evitar su arrastre por la herramienta de desbaste (Figura 6). Por ello, para los tamaños máximos de agregados habitualmente utilizados en este tipo de mezclas, se recomienda un espesor residual de al menos 3 cm; el cual puede ser mayor si se observan deficiencias en la integridad de la capa o menor si se han utilizado tamaños máximos de agregados reducidos.
Figura 6. Fenómeno de descascaramiento por fresado
Como se ve, con el presente artículo se ha buscado dar algunos lineamientos básicos de lo que intervenciones viales de mantenimiento entorno al desbaste de diversos espesores del pavimento existente puede implicar. Como siempre, la idea es profundizar en estos conceptos básicos al diseñar intervenciones particulares.
Nos seguimos leyendo.