Dolmen
Donde los sueños y raíces se entrelazan
Dolmen es una creación independiente gestada por el Arquitecto Daniel Roberto Carmuega y el Licenciado en Física Eros Natalio Galván. Esta publicacion se enmarca dentro de la gran tradición argentina de revistas culturales, aunque con eje en la arquitectura, la construcción, el urbanismo, el medio ambiente y todos sus temas afines.
Se cree, y con sustento, que el «Dolmen» fue la primera construcción arquitectónica hecha por el hombre. Sucedió 10 mil años antes de Cristo. Este nuevo Dolmen es para sus creadores una nueva forma de contar la construcción desde sus orígenes.
Daniel Carmuega y Eros Galván nacieron en 1946. Se conocieron en Castelar, ciudad de la Provincia de Buenos Aires alrededor de los 10 años de edad, momento en que trabaron una amistad de esas que duran toda la vida. Comenzaron juntos primer año del colegio secundario en el Instituto Inmaculada Concepción y ya luego continuaron con sus carreras, sus vidas, formaron sus familias.
Fue en medio de la pandemia mundial de 2020 que decidieron emprender una nueva aventura juntos: tener un propio medio de comunicación en donde volcar toda su experiencia, su experiencia de zapatos gastados, su experiencia de derrotas a cuestas, su experiencia de triunfos, a su decir, inmerecidos, y su inexperiencia en un medio de comunicación digital. Son esos pliegues del tiempo en donde no puede quedar algo por decir.
Daniel Carmuega fue Director de la Revista VIVIENDA (1990-2010) que fundó su padre Roberto allá por 1960. Se dedicó a la construcción de viviendas de madera de alta calidad y bajo costo (construyó más de 200 en todo el país) y se acompañó siempre del ajedrez. Es uno de los fundadores del Club de Ajedrez Philidor de Morón. Eros Galván, por su parte, abrazo la ciencia, la docencia y la investigación. Mientras cultivó su pasión por los sistemas informáticos, tuvo a cargo cátedras en diferentes universidades del país. Ahora se encuentra inmerso en el estudio del cambio climático y la preservación del tercer planeta desde el sol.
¿Por qué Dolmen es el nombre elegido? Porque en cada piedra que lo compone late la esencia misma de la humanidad. La primera construcción del hombre se alza imponente y plácido, imperturbable, en todas parte del mundo. Un dolmen fue un monumento, una especie de destreza constructiva, pero fue un simple refugio. De alguna manera todo comienza y termina con un dolmen. Como un enlace con el pasado y un puente hacia el porvenir, representa la conexión con nuestras raíces más profundas.
Aquí, en este rincón de encuentro, se abre paso la divulgación del saber olvidado, de las historias que la vorágine mediática eclipsa. Y se abre una ventana al futuro: Dolmen está lanzado hacia la inmensidad del espacio, hacia la infinitud del tiempo, en la búsqueda de todos los aciertos del arte y de la ciencia, lo novedoso, lo que viene, lo que no está, lo que hace falta.
A todos los soñadores y amantes del conocimiento, Dolmen extiende sus brazos con un abrazo sincero. Sean bienvenidos.