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Infraestructuras para la Vida Cotidiana

Retos para la Post Pandemia

INFRAESTRUCTURAS PARA LA VIDA COTIDIANA

Retos que asoman para una ciudad post-pandemia

Guillermo Tella

Arquitecto y Doctor en Urbanismo. Director Ejecutivo del
Consejo de Planeamiento Estratégico de la Ciudad de Buenos Aires.

 

Nuestras ciudades claman cada vez más por el derecho a la diversidad de géneros tanto en el acceso como en el uso y en el goce de los espacios públicos, las infraestructuras y los equipamientos urbanos. Ello requiere de una gestión urbana y ambiental que responda a las necesidades del conjunto de los habitantes de la ciudad, eliminando las barreras urbanas que pueda percibir cualquiera de los géneros.

La inclusión social constituye una construcción cultural, producto de la interacción entre actores que una sociedad realiza mediante una trama de acuerdos que den solución a problemas públicos. Una ciudad con plena inserción e igualdad de oportunidades para tod@s representa la legitimación de un proyecto de ciudad que satisfaga demandas de equidad y de reconocimiento y redistribución en paridad.

El género transversaliza múltiples colectivos para mejorar la calidad de vida urbana y colabora de este modo en la construcción de una ciudad más democrática, con seguridad ciudadana, integración social y movilidad urbana. Es indispensable el ordenamiento del suelo, la dotación de infraestructuras y la provisión de servicios públicos que permitan equiparar las oportunidades de la población o el lugar en el cual resida.

Asoma entonces el concepto de infraestructuras para la vida cotidiana como herramienta para pensar una acción urbanística para todas las personas. De modo que el espacio público deberá promover la visibilidad tanto desde su dimensión física como simbólica y social, integrando la perspectiva de género y su interseccionalidad con la clase, el origen, la edad, la religión, la orientación sexual, las capacidades.

A modo de ejemplo, cabe señalar que existen trayectos diferenciados de las mujeres en el uso del espacio público: a) se desplazan por más motivos que los varones y sus trayectos son de tipo poligonal; b) tienden a encadenar más viajes en sus recorridos y utilizan más el transporte público; c) recorren menor distancia a lo largo del día y distancias menores en cada viaje; d) dependen más de los horarios de funcionamiento del transporte público; y e) se autolimitan en sus desplazamientos por sensación de inseguridad.

Surge así la noción de “interseccionalidad” como enfoque que subraya que el género, la etnia, la clase, orientación sexual u otras categorías sociales, lejos de ser naturales o biológicas, son construidas y están interrelacionadas. Se trata del estudio de las identidades sociales solapadas y sus respectivos sistemas de opresión, dominación o discriminación. La interseccionalidad estudia, pues, las relaciones de poder señaladas como “abyectas” o “disidentes”.

Esta mirada permite comprender cómo producir ciudad desde la perspectiva de los grupos dominantes que organizan estrategias de poder -conscientes o no- para preservar su posición de supremacía. Lo que se expresa como formas “discretas” de opresión, en realidad develan rasgos interseccionales (tal como: negro/blanco, mujer/hombre, adulto/niño, homosexual/heterosexual). Desde esta perspectiva, se presentan a continuación algunos criterios a considerar para el desarrollo de infraestructuras para la vida cotidiana:

 

  • Criterios para la seguridad ciudadana

Para promover la seguridad ciudadana, la ciudad deberá ofrecer continuidad de espacios públicos como red jerarquizada, con calles residenciales que dan a calles principales con equipamientos; crear elementos que faciliten la legibilidad, la orientación y la apropiación colectiva, asegurando la mezcla de usos en todos los barrios; con trayectos seguro entre barrios residenciales y las estaciones de transporte público. En tal sentido, se debe considerar: propiciar la mezcla de usos en la ciudad, generar calles con comercios, servicios y equipamientos, desarrollar espacios que propicien la autonomía, potenciar la socialización entre vecinos y vecinas del barrio, y promover actividades externas al espacio público.

 

  • Criterios para la movilidad urbana

Para promover la movilidad urbana, la ciudad deberá contar con infraestructura de transporte público a nivel regional. Implica mejorar el espacio público circundante, redefinir las rutas en función de las necesidades de transporte no pendulares y con horarios no pico, desarrollar grandes equipamientos e instalaciones de ocio. Asimismo, se debe evitar el desarrollo de áreas residenciales monofuncionales que no cuenten con la red cotidiana próxima resuelta y ni con sus equipamientos necesarios. Al respecto, se requiere: dotar de una variada oferta de equipamientos, promover calles accesibles, incorporar bancos para descanso, incluir baños públicos en el espacio urbano, evitar disrupciones de la conectividad a pie.

 

  • Criterios para la integración social

Para promover la integración social, la ciudad deberá ofrecer núcleos urbanos compactos y de usos mixtos en el entorno inmediato de las estaciones de transporte público; permitir el nuevo crecimiento sólo en los lugares accesibles en transporte público y en proximidad inmediata a esos núcleos; limitar el crecimiento disperso así densificar y reutilizar suelo degradado u obsoleto. La legibilidad favorece la percepción de las relaciones que entretejen la complejidad urbana; ayuda a la comprensión de entornos cotidianos a diversas escalas. Para ello se requiere: desarrollar entornos cotidianos a diversas escalas, resolver conflictos territoriales de uso cotidiano, incorporar paradas seguras y accesibles, dotar de diversidad de comercios variados.

 

Guillermo Tella [guillermotella@gmail.com]

 

 

 

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