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La Critica Constructiva – Preludios de un Proyecto

Los siguientes apartados se encuentran comprendidos dentro de la etapa denominada “Croquis preliminar”, pero se les ha otorgado un tratamiento previo para desvincularlos de las formalidades técnicas prevalecientes en ella. Cuando los trabajos mencionados requieren la ejecución de estudios, originan honorarios a convenir, previamente, con el comitente. En esta suerte de “conversaciones preliminares con el comitente”, se inicia el proceso de acercamiento entre el comitente y el arquitecto, en su rol de proyectista, necesario para fijar las bases de la relación e intercambiar información preliminar, a los fines de evaluar la prefactibilidad del proyecto. Esta etapa puede ser breve, para obras sencillas, o sumamente laboriosa y complicada, para aquellas obras importantes, cuando, para definir la prefactibilidad, suele ser necesario avanzar con algunos de los estudios previos.

Durante esta etapa, el cliente proporciona a su profesional una serie de informaciones básicas, relativas a sus necesidades y acerca del terreno, pero usualmente, se resiste a informar sus limitaciones presupuestarias, en cuyo caso, el proyectista abordará el tema para evaluar, preliminarmente, la viabilidad del proyecto. Los clientes son reacios a expresar, claramente, el monto del cual disponen para encarar su proyecto. Si el profesional no consigue superar dicha valla, difícilmente podrá́ encuadrar, correctamente, su propuesta inicial, y perderá́ tiempo hasta, finalmente, conocer el dato el cual debería haber conformado uno de sus puntos de partida. En este contexto se aconseja al proyectista, durante la etapa de “croquis preliminar”, informar a su cliente:

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1. Los honorarios a percibir, actitud conveniente en esta fase para evitar malgastar tiempo y esfuerzos en gestiones y tareas para un cliente, cuya idea del honorario puede distar mucho del justipreciado por el profesional, y no encontrarse en desventaja ante futuras negociaciones, a las cuales, puede arribarse con parte del trabajo concluido; 2. Informar al comitente que el honorario mantiene estrecha relación con el servicio profesional a brindar, sumando un detalle pormenorizado de las tareas y obligaciones previstas para el cumplimiento del encargo. La idea es concientizar al cliente sobre la estrecha relación entre prestación y retribución, destacando la poca transparencia de aquellas propuestas que no detallan, claramente, los servicios y tareas a realizar. 3. Que no se encuentran incluidos, dentro del honorario propuesto, ciertos gastos especiales, entre ellos, los honorarios por ensayo y estudio de suelos, planialtimetría del terreno, relevamiento físico y estado de las medianeras y edificios existente, si los hay, incluyendo fotografías y actuación notarial. Durante este proceso, y cuando no media un conocimiento previo entre las partes, el cliente evalúa la personalidad de su arquitecto, y si podrá depositar su plena confianza en él. Asimismo, se aconseja al profesional proyectista proceder a una completa evaluación de su posible cliente, ya sea un particular, una pequeña empresa, una corporación, o un ente de la administración pública.

Agradecemos al MEPA, Manual de Ejercicio Profesional de la Arquitectura, documento emitido por el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU), por abrirnos los ojos en éste y muchos otros temas.

Por Gustavo Di Costa (*)

(*) Arquitecto. Profesor de la Facultad de Arquitectura en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Co-Director de ConTécnicos SRL, empresa dedicada a la capacitación en temas de arquitectura y construcción (www.contecnicos.com.ar).

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