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El arquitecto como tecnólogo – La Crítica Constructiva – Arq. Di Costa

La Crítica Constructiva    

El arquitecto como tecnólogo

La actividad profesional del arquitecto, presenta una complejidad creciente, en especial en su componente técnica, por su evidente repercusión económica y de responsabilidad civil. Todos aquellos aspectos que han exigido una Normativa de obligado cumplimiento, han planteado una necesidad de desarrollo de conocimiento de los temas correspondientes, al ir acompañados de un compromiso responsable para el profesional de la arquitectura.

La paradoja es que, en paralelo a esa mayor exigencia, los estudios técnicos se han reducido en cantidad de horas y calidad de contenidos y se han visto acotados por, muchas veces incomprensibles e incoherentes exigencias de limitación temporal, como mínimo en las enseñanzas de tipo público, es decir de acceso universal. La solución profesional ha provocado la aparición, en los Estudios de Arquitectura, con una cada vez mayor importancia y demanda, de los asesores o consultores.

De las iniciales consultas a los calculistas de estructuras, se ha pasado a que los mismos resultan actores imprescindibles en el desarrollo del proyecto ejecutivo, y en la actualidad, conforman un grupo de reconocido prestigio, con una asociación de profesionales, con diversas formaciones de origen, arquitectos, ingenieros de caminos, ingenieros industriales, etc.

Con posterioridad, y en esto han tenido su importancia los Reglamentos y Normas relacionadas con la seguridad y el consumo energético, los consultores de instalaciones han tomado una presencia comparable a la de los de estructuras, con la introducción de otros profesionales de diferente formación en el trabajo del arquitecto.

En este caso, dada la dispersión temática, han sido los diferentes especialistas de la ingeniería industrial, los que han tomado posiciones, dado que en sus estudios desde hace tiempo ha existido una diversificación de especialidades y niveles académicos. Pocos son los Estudios formados por arquitectos en este campo.

Por último, los aspectos relacionados con los materiales, elementos y sistemas, que han sido el cuerpo central de los temas de construcción, con la aparición de las cuestiones de sostenibilidad y ambiente, compatibilidad de materiales, idoneidad de sistemas y homologación de elementos, han convertido el conocimiento clásico para la obtención de la “é firmitas et utilitas”, la cual se sustentaba en un número limitado de soluciones, en el trabajo sobre diferentes y numerosas variables, que solicitan un mayor riesgo de investigación, en paralelo a la mayor exigencia de resultados óptimos que pide el mercado. Lo anterior resulta, en apariencia, una notable contradicción, con la que ineludiblemente hemos de convivir.

El resumen de todo lo antedicho hace que la necesidad de un experto constructor, se haga cada vez más evidente. Así pues, aunque nos limitamos a los aspectos técnicos, los problemas que ha de solucionar el arquitecto, le sitúan en un mundo profesional complejo, y que hoy por hoy se recoge bajo la firma de una persona o sociedad de arquitectos, con aparición en los créditos de algunos “Partners”.

Reanudar el camino material de las obras de arquitectura, formando arquitectos “tecnólogos” y especialistas, derivará en mejores diseños, más comprometidos con la realidad que con la vaga difusión de formas carentes de coherencia material.

 Por Gustavo Di Costa (*)

(*) Arquitecto. Profesor de la Facultad de Arquitectura en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Co-Director de ConTécnicos SRL, empresa dedicada a la capacitación en temas de arquitectura y construcción (www.contecnicos.com.ar).

dicarq@yahoo.com.ar

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