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¿El Capitalismo liberal o mi propuesta? – Jorge Lentini

En palabras sencillas…,

¿ EL CAPITALISMO LIBERAL O MI PROPUESTA ?.

El capitalismo liberal disciplina a los que tienen suerte de trabajar a través del salario. O sea, hacés lo que yo te digo o vos y tu familia no comen.  El salario es el ordenador de que el sistema funcione como ellos quieren. Y lo aceptan porque así fueron educados por un sistema injusto y cruel, al que los capitalistas liberales financiaron a través de universidades prestigiosas en todo el mundo, para que los economistas educados en ese sistema lo propaguen al infinito. Cito aquí a Henry Kissinger, un Maquiavelo del capitalismo liberal, quien en sus Memorias dice textualmente: “Controla a los alimentos y controlarás a la gente. Controla el petróleo y controlarás las Naciones” . Por eso en la evolución del hombre, cada vez se les hace más difícil mantener la injusticia de su apropiación del sistema  que fue creado para darle al hombre la libertad de elegir. Quiero dejar sentado que NO niego ni critico que las empresas  retribuyan al trabajador con un salario digno, si éste lo acepta, es su decisión. NO niego tampoco la existencia de mercados de capitales que financien empresas que necesitan dinero para producir. Tampoco hoy sería posible un mundo sin las grandes corporaciones que agregan valor a nuestras vidas con las producciones y descubrimientos que ellas financian.  Pero me niego a aceptar, que millones de personas en el mundo padecen hambre, porque las empresas solo necesitan y demandan una minúscula parte de esas personas para lograr sus objetivos empresariales. Por lo que, la oferta de trabajo es infinitamente menor a la demanda. Y eso produce desocupación y esa desocupación mantiene a raya al salario –dentro de ciertos límites- lo que permite a los ricos mantener el status quo de su riqueza en detrimento de  los trabajadores. Por lo que aquí se ve claramente que el principio inviolable de la naturaleza de acción y reacción no se cumple todavía y debemos encontrar un sistema que tienda a restablecer ese equilibrio que nunca se consiguió. Entonces, veamos que se puede hacer. En todo proceso productivo capitalista hay dos partes, una  es el capital y la otra es el trabajo. Una parte sin la otra no existe, porque sin capital no hay empresa  y sin  trabajadores no hay quien produzca. Por lo tanto, siguiendo a mi admirado John Nash quien en 1994 fue galardonado con el Premio Nobel en Economía, estamos frente a un problema con variables a articular para un mercado con múltiples niveles de equilibrio y con competencia imperfecta de todos los actores que además se regula con autoridad externa (por ejemplo un fiduciario) o sin autoridad externa (en ese caso es el mercado).  O sea, que ambos se necesitan, por lo que es razonable que compartan tanto los beneficios como los riesgos, lo que hoy  no sucede porque  los beneficios  son del capitalista y el bajo salario y los riesgos de perder sus trabajo y sus escasos ingresos son de los trabajadores. Una pelea muy desigual y de ninguna estatura moral, porque si vamos a la definición de capitalismo es que es un sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción, que constituyen el capital. Normalmente, el capitalismo está asociado a la libertad de mercado y a la libre iniciativa de las empresas en la determinación de sus productos y la fijación de los precios de éstos. En mi opinión el control del Estado solo es admisible en su poder de policía para que los empresarios cumplan con sus obligaciones fiscales y paguen sus impuestos, además la seguridad pública, la educación pública y la salud pública. El capitalismo de Estado es una aberración. Retomando a Nash, no hay equilibrio si una de las partes se lleva la parte del  león y deja para la otra parte las migas de la torta.  El equilibrio consiste en que, ambas partes como se necesitan una de la otra, si hay ganancias la repartan entre ellas y si hay pérdidas las compartan en partes iguales. Ahora bien, aquí entra a jugar la parte humana, el hombre, que es imperfecto y egoísta. El capitalista liberal solo acumula para  satisfacción de su ego y sus deseos irrefrenables de poder, mientras se necesita de capitalistas que ahorren para mejorar sus empresas y eventualmente para producir empresas sociales (ES) donde su capital tiene un valor del X % de las acciones y el otro Y % de las acciones es de los trabajadores de esa ES. La pregunta que surge es: ¿Para que se crea  una Empresa Social ? . Y la respuesta es: para producir bienes y servicios al alcance de los más pobres. Un ejemplo concreto: Danone es una multinacional alimenticia que tiene impacto en todo el mundo, pero lamentablemente el precio de sus productos no está al alcance de los más pobres. En Bangladesh era ilusorio pensar  que un pobre podía alimentar a sus hijos con yogourt Danone. Entonces junto al Grameen Bank of Bangladesh de Yunus, resolvieron crear una empresa social que produciría ese alimento básico con los mismos nutrientes que el que se encuentra en las góndolas de los supermercados, pero a un precio que los pobres podían pagar. Esa empresa social se creó en 2007 y se llamó Grameen Danone, donde sus acciones se repartieron entre los capitalistas y los trabajadores. Hoy en todo Bangladesh, ya casi no hay niños que se mueren desnutridos. De la misma manera, al ver el ejemplo y los resultados de Grameen Danone, otras empresas multinacionales se fueron agregando al desafío de crear ES para pobres y así nació Grameen Telecom que vinculó mediante la telefonía celular a todas las aldeas de Bangladesh con el hospital central en Dacca, provocando con ello, una disminución dramática en las muertes y en la asistencia hospitalaria de los más pobres.  Luego vinieron Adidas para la vestimenta, Veolia Water para el  suministro de agua potable y otras en distintas áreas de la economía. De eso se trata nuestra propuesta para los pueblos del interior del país.

 JORGE LENTINI

 Autor: Jorge Lentini

mail: jllentini@yahoo.com.ar

Jorge Lentini se desempeñó como director de Relaciones Internacionales y Secretario de Proyectos Especiales en la Facultad Regional Avellaneda (UTN).

Fue  director del Proyecto Fideicomiso Universidad en la misma Facultad. Está especializado en desarrollos de sistemas de financiación de viviendas a largo plazo.

En tal carácter se ha desempeñado part time en: a) B.V.I. Corporation, Bruselas, Bélgica; y b en  Investigación, Desarrollo e Implantación SA, Madrid, España.

En la década del 90 fue miembro externo del staff del Dr. Don Juan Antonio García Diez (ex vicepresidente y ministro de Economía de España – 1977/1982) en el desarrollode diversos proyectos específicos.

Ex Director de Grameen Hábitat Argentina

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