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La Crítica Constructiva – Emprendedorismo y Arquitectura

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LA CRÍTICA CONSTRUCTIVA 

Emprendedorismo y Arquitectura

Dentro del ámbito de la arquitectura, el profesional no ha sido debidamente formado, en general, para conocer y dominar la realidad empresarial. Si bien maneja todas las actividades operativas inherentes a su especialidad, necesita comprender y hacer funcionar, paralelamente, otras actividades relativas a una empresa de servicios profesionales, como gerencia, ventas, estrategia competitiva, finanzas y personal. Es importante abandonar el miedo que puede suponer tomar una iniciativa emprendedora, y comenzar a vender el proyecto generando el hábito de hacerlo, aprender a escuchar qué quiere el cliente, centrarse en trabajar en su capacidad relacional, y ampliar la red de contactos para la venta.

Por último, pero no menos importante, mantener siempre intacta nuestra ética.

Emprender siempre conlleva un relativo riesgo. El perfil del emprendedor se describe como “aquella persona dispuesta a asumir riesgos”, verdadero motor de cambio, innovación y progreso en la vida económica. El libro “Administración de pequeñas empresas” de Justin Longenecker, define al emprendedor como una “Persona incansablemente concentrada en una oportunidad para crear valor, una empresa nueva o existente, mientras asume los riesgos y disfruta de la recompensa de sus esfuerzos”. Entonces, el profesional capaz de impulsar un emprendimiento dentro del sector de la arquitectura y la construcción de obras, seleccionará un sector específico en el cual llevará a cabo dicho emprendimiento, considerando efectuar una notable inversión en tres cuestiones principales: Tiempo, esfuerzo y dinero.

Si bien se trata de descubrir oportunidades y transformarlas en negocios, la clave radica en reconocer y aprovechar una oportunidad creadora de valor. Ello supone convertirse en empresario, siendo preciso poseer una real motivación.

Aunque no alcanza sólo con ella, al detectarse distintos factores influyentes en el desarrollo de la personalidad del emprendedor, tales como la sociedad, autonomía, capacidad de liderazgo, pasión, iniciativa y creatividad. Finalmente, ser emprendedor implica alcanzar, por sí mismo, el desarrollo de numerosas habilidades, responsables de brindar la facultad de relacionarse con proveedores, empleados y clientes de manera exitosa. Desarrollar una mentalidad emprendedora, resulta esencial para el éxito de cualquier proyecto de negocios. Entre los 8 pasos para emprender señalados por los expertos, destacamos: 1. Observar, 2. Escribir las ideas, 3. Conocer gente de la industria, 4. Asesorarse sobre financiamiento, 5. Planear/planificar, 6. Validar, 7. Comunicar, y 8. Vender.

Para iniciar un emprendimiento dentro del campo de la arquitectura, resulta importante el reconocimiento de oportunidades, la identificación del potencial de nuevos servicios capaces de brindar, como resultado, prometedoras alternativas. A efectos de sumar una atención diferente respecto de la competencia del mercado, el profesional arquitecto debe diferenciarse logrando algún valor agregado a lo conocido. Para arribar al éxito, y no morir en el intento, es necesario definir cuál será nuestro nicho a explotar. El rubro de la arquitectura, dentro de la construcción, ofrece un gran mercado para los emprendedores. Siempre alguien demandará construir o remodelar, puesto que el sector no solo se concentra en la denominada “obra nueva”. Se tiene en cuenta, especialmente en nuestro nicho, la posibilidad de llevar a cabo remodelaciones, ampliaciones, mejoras, reparaciones, consultorías, entre otros trabajos

Por Gustavo Di Costa (*)

(*) Arquitecto. Profesor de la Facultad de Arquitectura en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Co-Director de ConTécnicos SRL, empresa dedicada a la capacitación en temas de arquitectura y construcción (www.contecnicos.com.ar).

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