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Central de Costos – La Crítica Constructiva – Arq. Di Costa

La Crítica Constructiva    

CENTRAL DE COSTOS

La industria de la construcción presenta, en lo referente a la determinación de sus costos, una diferencia fundamental respecto a la industria manufacturera. Consiste en que la primera debe calcular sus costos y fijar su precio de venta antes de la ejecución de la obra, basado en supuestos -no siempre bien conocidos-. Entonces, dichos precios permanecen invariables durante toda la obra aunque ellos resulten inferiores a los costos reales, vale decir, produciendo pérdidas. Por el contrario, la segunda industria establece sus costos y, por lo tanto, el precio de venta de los productos que elabora. Una “Central de costos” reúne los componentes que definen la tasación o estimación económica “a priori” de un producto o servicio. Para conocer el presupuesto de obra de un proyecto, al tiempo de dotar a nuestra central de costos de los datos más relevantes, se deben seguir los siguientes pasos básicos: Registrar y detallar las distintas unidades de obra componentes del proyecto; ejecutar las mediciones y anotaciones de cada unidad de obra estimando su precio unitario; multiplicar el precio unitario de cada unidad por su medición respectiva. De esa manera, arribaremos a un Análisis Estratégico de los mencionados costos, vale decir, una definición de la forma en la cual se ejecutará, administrará y coordinará la construcción durante el desarrollo de la misma, estudiando determinadas actividades las cuales deben efectuarse, pero que no se encuentran en los planos de construcción. Sin embargo, esas actividades presentan un costo en lo relacionado con el presupuesto de la obra.

Al momento de formular una cotización, la cual se entiende como aquel documento o información llevado a cabo por una empresa constructora para ofertar un valor a cambio de la ejecución de una obra, se ponderarán los Costos Directos -los identificados plenamente con los recursos de producción- y los Costos Indirectos -aquellos no cuantificados plenamente con los productos terminados, sino con los gastos demandados por quien ejecuta la obra, vale decir, la empresa constructora-.

Presupuestar una obra constituye un complejo proceso de planificación en el cual es imposible garantizar todas las situaciones que la afectarán económicamente. La experiencia y el criterio del constructor, reunidos ante una correcta técnica, pueden minimizar los desvíos, desde luego, pero a sus propios errores de juicio es necesario agregar posibles fallas del personal auxiliar, inadecuado conocimiento de las condiciones locales del sitio de la obra, deficiencias en planos o especificaciones. Corregir a tiempo esos documentos transformará el concepto de previsibilidad económica de una obra, evitando mayores costos innecesarios “por las dudas”.

Una óptima supervisión del proyecto constituye un factor determinante tanto para el éxito como para el fracaso económico-financiero del emprendimiento. Una gran cantidad de problemas estructurales y de servicio en las construcciones no son atribuibles a deficiencias del diseño o de los materiales, sino principalmente, al mal desempeño de la supervisión.

El control de gestión de una obra se refiere a la integración de la actividad técnica con las variables económico-financieras del mercado, bajo principios de legalidad y eficiencia.

Por Gustavo Di Costa (*)

(*) Arquitecto. Profesor de la Facultad de Arquitectura en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Co-Director de ConTécnicos SRL, empresa dedicada a la capacitación en temas de arquitectura y construcción (www.contecnicos.com.ar).

dicarq@yahoo.com.ar

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