LA CRÍTICA CONSTRUCTIVA
“Copy-paste”
Mi amigo Luis se acomodó en la mesa del bar. Con su voz impostada y alzando su dedo índice izquierdo sentenció: “Gustavo, mal que nos pese, vivimos en una sociedad copy-paste”. Este concepto, que deviene del formato “copiar y pegar” conforma un paradigma en cuanto a la transferencia de textos, datos, archivos u objetos desde un lugar de origen a uno de destino. Reflexionando con posterioridad, pude verificar las explícitas verdades presentes en esta idea de Luisito.
Hoy nuestra sociedad transita por un sinnúmero de formatos donde copiar y pegar resulta ser la solución más accesible y posible. Se verifica en los espacios de entretenimiento, en aquellos ciclos televisivos que se encargan de reciclar lo ocurrido en otros programas. Copian y pegan fragmentos completos y llenan así con un costo ínfimo, horas de “aire” que antes demandaban producción, decorados, autores, actores, técnicos, etc. También en el periodismo gráfico, copiar y pegar conforma una acción verificable, cuando una revista publica fragmentos completos de un libro de próxima edición a modo de “exclusividad” para sus lectores.
Nuestros senadores y diputados se “copipastean” proyectos, atribuyéndoselos unos a otros con cambios menores de por medio, para que la copia no sea tan burda y literal.
En ocasiones -ya varias, inclusive algunas terminaron su raid en los estrados de tribunales- el autor de estas líneas ha visto estafada su buena fe cuando en otras publicaciones -más o menos “virtuales”- se han reproducido notas de su autoría atribuidas a redactores “fantasmas”…
Nuestros estudiantes han dejado de lado la ¿obsoleta? investigación temática por obscenas copias de diversos sitios que no hacen más que cumplir con la entrega del trabajo, pero que nada dejan en cuanto a conocimiento y crecimiento intelectual. La premisa fue cumplida y el trabajo entregado. Punto.
“Es que ya no existe la originalidad -sentencia el saber popular-, dado que hoy los soportes de comunicación son tan amplios que resulta imposible verificar en qué lugar, cuál es el punto exacto donde se reproducen o copian nuestros trabajos. La voracidad de los tiempos actuales fomenta la copia. Todo es urgente y esa tendencia acortó los pasos de la metodología de investigación y el fomento creativo”.
Ser original es volver al origen, según Gaudí. Podemos ser originales ante nuestros trabajos cotidianos. Claro, ello tiene un truco, dado que en lugar de sumar Ctrl + X (para cortar, debido a la forma en tijera de esta letra); Ctrl + C (para copiar, por ser la inicial de “copy”); y Ctrl + V (para pegar), se deberá apelar a la imaginación y al esfuerzo.
Resulta un clásico de nuestra profesión que los Pliegos de Especificaciones Técnicas se copian de otros redactados con anterioridad y que abundan en Internet. Esta es una acción que, por lo menos, debería contener las correcciones y debidas adecuaciones de los contenidos a la obra que en particular deseamos documentar. O las memorias descriptivas de las obras, cada vez menos plagadas de datos técnicos y más de metáforas sobre “el espacio que fluye”, “la doble envolvente” y otros de similares eufemismos.
Por eso, tratemos de transitar un camino que implicará inversión y esfuerzo, pero brindará como resultado trabajos “personalizados”, bien definidos y pensados, que nos permitan a todos crecer y manifestar múltiples puntos de vista sobre los hechos que nos ocupan y preocupan.
Ello conlleva un virtual peligro para los trabajadores del “nivelar para abajo” que, con sabiduría, había descubierto Ernesto Sábato: “Ser original es, en cierto modo, poner de manifiesto la mediocridad de los demás”.
Por Gustavo Di Costa (*) 
(*) Arquitecto. Docente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Palermo. Profesor de la Facultad de Arquitectura en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Co-Director de ConTécnicos SRL, empresa dedicada a la capacitación en temas de arquitectura y construcción (www.contecnicos.com.ar).
